miércoles, 12 de noviembre de 2014

Respuesta al grupo Robin Goodfellow

Respuesta al grupo
Robin Goodfellow
(sobre la Propuesta Internacionalista)

Argentina, 11 de noviembre de 2014

Estimadas compañeras y compañeros de RG
Nos causó alegría recibir su carta, y desde ya les estamos agradecidos por leer la Propuesta y responderla.
En su carta, ustedes cuentan la frustrada experiencia que tuvieron en 1989, cuando propusieron hacer la “Revista internacional del movimiento comunista” y la misma fue ignorada o rechazada por todos los principales grupos que se reivindican de la Izquierda Comunista.
No conocimos esa iniciativa, pero es importante señalar que si uno constata el aislamiento y las debilidades de las fuerzas que están en contra del poder burgués, intentar hacer algo para romper dicho aislamiento y para potenciarlas, es un paso adelante. Aunque sea muy corto o con errores. Aquí tenemos un refrán que dice que la mejor manera de no equivocarse es no hacer nada.
Al respecto, algunos compañeros-as que están haciendo esta Propuesta, en 1986, formando parte de una organización que años después dejó de funcionar, hicieron una propuesta internacional (febrero de 1986) frente a la cual si bien sí hubo respuestas (muchas en la práctica en contra, unas pocas a favor), la iniciativa fracasó.
Simplificando las causas, estos compañeros valoran que ese fracaso fue, entre otras, debido a los términos de la propia propuesta (demasiado ambiciosa y al mismo tiempo poco realista, con alguna dosis de ingenuidad y desconocimiento de lo que ustedes llaman “el medio revolucionario”) y al gran peso del sectarismo imperante, a cierta soberbia de quienes se consideraban poseedores de la verdad y con poder de anatemizar al resto, etc. Pero de entonces a hoy ha pasado más de cuarto siglo y es de suponer que todos hemos aprendido algo.
Y esto de aprender nos lleva al punto uno) de su respuesta, donde remarcan tareas necesarias -tareas teóricas, balance, etc- con las cuales estamos muy de acuerdo.
Lo que sí, también teniendo en cuenta las diversas experiencias, hacer balance es cosa seria y debe hacerse bien. 
Vale esto porque son frecuentes dos conductas típicas sobre los balances: aquella de hacer balance de todo menos de su propia actividad/posturas; y aquella de adecuar los balances para que den como resultado lo que de antemano queremos que se concluya, de manera tal de no cambiar ni una coma de las posturas, teorías, propuestas, etc que son puestas en juego en el período que se realiza el balance.
Si nos planteamos hacer un balance pero no admitimos la posibilidad de que ello ponga en tela de juicio algo de lo que teorízamos, planteamos o hicimos antes, es improbable que el balance sirva como balance; en todo caso sólo se transforma en un recurso retórico para seguir sin aprender de nuestra historia.
Aclaramos que esta propuesta no pretende hacer un balance. Sí estimular a que cada uno lo haga y lo de a conocer y lo comparta. O que balances ya hechos se puedan conocer y analizar más ampliamente y no se tenga temor a encontrar en ellos insuficiencias, aspectos a reconsiderar o limitaciones, sea aquellas propias de la época en que vivieron aquellos sobre los cuales estamos haciendo balance, o las nuestras de ahora.
Sobre lo que plantean en el item 2, cuatro puntos claros que sirvan como delimitación a quiénes se realiza la propuesta, no nos termina de quedar claro si ustedes creen que los que pusimos deberían ser reemplazados por esos, o formulados así, o simplemente señalan lo que a su entender son los puntos básicos y mínimos para partir de una base común.
No obstante nuestras dudas, coincidimos con los puntos que plantean aunque en la propuesta se plantean algunos más o si se quiere, más desarrollados o formulados con otras palabras. 
De cualquier manera es un tema que seguramente tendremos que analizar mejor y reelaborar entre quienes finalmente participen de la propuesta, esperando que ustedes estén incluidos entre ellos.
Sobre el punto 3 de su carta, acordamos con utilizar diversos recursos tecnológicos que poseemos. 
Además, ustedes señalan allí que
es necesario preguntarse hoy en día si la salida de una revista « clásica » a nivel internacional es la mejor solución para conseguir el objetivo de dar mas visibilidad y fuerza a los trabajos del movimiento comunista e internacionalista. Eso también se podrá discutir”
nos parece bien analizar cuáles son los mejores medios en función de del qué y del para quién y para qué, por lo que no tenemos objeciones al respecto.
Lo que sí, nos parece necesario remarcar que con la Propuesta buscamos también promover la producción, no solamente la divulgación.
Teniendo en cuenta que esta carta seguramente la leerán algunos que no tengan presente los términos concretos de la propuesta, recordamos que allí decimos que:
nos proponemos y les proponemos crear un espacio e instrumentos que faciliten la colaboración, el intercambio, la producción, la promoción y divulgación organizados de los esfuerzos que pueda hacer cada uno-a respecto a este aspecto de la lucha ideológica política.”
Y hacemos esta aclaración no tanto por lo que dicen ustedes en su carta, sino porque vemos en la Propuesta una dificultad mayor justamente en la creación de ese espacio e instrumentos que faciliten esa producción, y seguramente una revista tradicional no es el medio adecuado para ello, pero sí la vemos como importante, pero no única, para la divulgación de los esfuerzos que se realicen.
Respecto al punto 4, donde ustedes señalan que consideran nuestra propuesta como un paso adelante importante, utilizan en dicha frase la expresión de
(...) la posibilidad de unificar, aunque sea de manera parcial, las fuerzas (...)”.
Agradeciendo la valoración positiva de la propuesta, aclaramos que hemos evitado en la propuesta utilizar la palabra “unificar” ni plantear en ella algo al respecto. 
Es más, aclaramos en la Propuesta que la misma “ni tiene como objetivo buscar la unidad, el agrupamiento o la coordinación de una parte de ellos (los grupos). Ni plantea algún tipo de acuerdos para la acción conjunta en diversas luchas o situaciones”
El motivo de no plantearnos como objetivo la unificación, etc, es porque no están dadas las condiciones y de estarlas, tampoco somos quienes para hacer una propuesta de esa envergadura. Por ello proponemos algo más modesto y realizable. Por supuesto que quienes lleven adelante la propuesta estarán creando mejores condiciones para futuros procesos de confluencias o de tomas de posición en común frente a x acontecimientos.
Por último, en su punto 5, proponen un conjunto de tareas a nuestro entender deseables y realizables. Pero que no trataremos aquí por una razón:
Desde el punto de vista operativo, pero también político, nos parece que existen dos instancias de intercambio de ideas y de decisión.
Por un lado está la discusión sobre la propia Propuesta, donde visualizamos que presentarán en un primer momento tres posiciones:
a) aquellos que la vean como positiva y que estarán de acuerdo con precisarla mejor, definir mejor los discriminantes y aspectos claves de su implementación antes de dar su respuesta definitiva;
b) aquellos que no les interese la propuesta o están en contra;
c) aquellos que por distintos motivos no se decantaron ni por a) o b) y esperarán para ver cómo sigue esto para luego decidir algo respecto a ella, sabiendo que la ausencia de definición es un no implícito respecto a su participación tanto en la discusión previa como en la mejor definición de la misma, aunque no necesariamente un no total a los frutos de la propuesta.
Teniendo en cuenta eso, lo razonable es que luego de un primer intercambio sobre la Propuesta, entre quienes se encuentren en el punto a), se adopten mecanismos no necesariamente públicos para intercambiar ideas sobre los distintos elementos que componen la propuesta, ya pensando cómo llevarla a la práctica. Y en ese proceso seguramente se precisará mejor la propia Propuesta como quiénes realmente participarán en la misma.
Estas acotaciones las hacemos pensando en su punto 5, pues creemos que las tareas que ustedes están planteando allí las deberíamos analizar más en detalle y concretarlas entre aquellos que respondan positivamente a la propuesta. Por eso no las analizamos concretamente en esta primer respuesta y lo dejamos para un intercambio posterior de correspondencia, adelantando aquí que nos parece que lo que proponen es pertinente y debe ser tenido en cuenta.
Con un caluroso abrazo, vayan nuestros fraternos saludos
Equipo iniciador de la Propuesta Internacional e
Internacionalista “Estrategia y Cambio Revolucionario”

Nota: Tanto la carta de RG como nuestra respuesta pueden encontrarse en la web

Nota 2 a los-as lectoras-as argentinos
Como el nombre de este grupo es algo raro, en vez de preguntarles, estuvimos averiguando un poco sobre su origen, y podemos concluir que "Robin Goodfellow" podría tomarse como un sinónimo de "Viejo Topo", expresión utilizada por Carlos Marx varias veces.
El propio grupo RG dice que:
"Robin Goodfellow es el seudónimo colectivo de un grupo de militantes comunistas internacionalistas que viven en diversos países del mundo y defienden desde hace unos cuarenta años la integralidad del programa comunista basado en el marxismo, por una sociedad sin clases, sin dinero, sin Estado y de la cual la explotación habrá desaparecido." (del quiénes somos del sitio http://defensadelmarxismo.wordpress.com/about/)
Sobre el nombre de Robin Goodfellow, investigando y especulando un poco, hay un personaje de la obra de Shakespare (la comedia "Sueño de una noche de verano"), Puck, también conocido como Robin Goodfellow. Puck es un espíritu que sirve a Oberón. Admite abiertamente ser "un pícaro y bellaco duendecillo".
También Puck es una hada mitológica o ser fantástico de carácter juguetón o travieso, del folclore de las Islas Británicas. Puck es también utilizado como una personificación generalizada de los espíritus de la tierra. Aunque es un aspecto de Robin Goodfellow, también es un hob (pequeño espíritu del hogar) y un Will-o'-the-wisp (centella mágica o fuego fatuo).
Este nombre lo utiliza Marx en un discurso pronunciado el 14 de abril de 1856, donde dice, entre otras:
"En todas las manifestaciones que provocan el desconcierto de la burguesía, de la aristocracia y de los pobres profetas de la regresión reconocemos a nuestro buen amigo Robin Goodfellow*, al viejo topo que sabe cavar la tierra con tanta rapidez, a ese digno zapador que se llama Revolución. "
Marx varias veces utiliza una metáfora o comparación con la tarea preliminar de los revolucionarios relacionándolo con un "viejo topo", mostrando de paso su lectura de Shakespeare:
" ¡Así se habla, viejo topo! ¿Podrás trabajar rápido bajo tierra? ¡Un pionero digno!" William Shakespeare, La Tragedia de Hamlet, Príncipe de Dinamarca 
"Y cuando la revolución haya llevado a cabo esta segunda parte de su labor preliminar, Europa se levantará, y gritará jubilosa: ¡bien has hozado, viejo topo!"  K. Marx (1852), El 18 brumario de Luis Bonaparte 
Los compañeros y compañeras de RG podrán reafirmar o no el origen de la elección de su nombre, pero como dijimos al principio, deberíamos leerlo como "Viejo Topo" y como seguramente este nombre ha sido muy usado incluso por otros grupos hasta colecciones editoriales, es que ellos han preferido RG ¿estamos en lo cierto?